Subimos con ligereza la canal del Tejo, aunque pese a la hora temprana el ambiente es bochornoso, presagio del caluroso dia que nos espera.
La Luna nos vigila por encima de la canal de Amuesa
A las 8 ¼ llegamos a Bulnes de arriba (El Castillo). Llevamos buena marcha y de momento cómodos, disfrutando de la buena mañana y con alegre conversación recordando los dias pasados en Pirineos, y planeando nuevos “objetivos”
Sin casi darnos cuenta llegamos al pie de la canal de Amuesa……… ¡y se nos acabó la sombra!

También se nos acabó la conversación, el Sol y la empinada canal hace que vayamos concentrados en los pasos que damos y en el esfuerzo.
En la parte final de la canal


A las 9,30 en el cdo. de Cima algo más de 1100 mts. en 2 horas ½ , ¡no está mal! se nota que todavía nos dura la forma que cogimos en Pirineos. Paramos en una cueva que hay en el collado, y que nos libra por un rato del tórrido Sol que comienza a machacar como si estuviésemos de “trilla” por Castilla, y después de media hora reponiendo fuerzas, a la 10 en punto enfilamos la pendiente Cuesta del Trave.

A las 11 se acaba la verde cuesta para entrar en la caliza que nos sorprende con los Traves y la enorme cueva, que siempre llama la atención. Comenta J. que ante el problema de la vivienda la podríamos acondicionar y alquilar para turistas en verano (calla, no des ideas que hay por ahí mucho “avispado”)
5 minutos de descanso…….el termómetro que llevo colgado en la mochila marca 32º y estamos…….. a casi 1.900 mts.

Aunque parece que ya tenemos cerca Cabrones el recorrido por las laderas de los Traves se hace incómodo e interminable, y después de una hora de “sube y baja” aparecen ante nuestra vista la imponente imagen del Pico y la aguja de los Cabrones. La entrada al Jou de los Cabrones, después de 14 años sin visitarle me impresiona tanto o más que la primera vez.

Paramos en el refugio, nos tomamos una coca loca , que pese a la “fobia” que tengo hacia este tipo de bebidas me sabe a GLORIA y le pregunto al guarda: habéis tenido tormentas estos dias ¿no? (pues las previsiones para hoy es de tormentas moderadas en la cordillera) –ayer a las 5 de la tarde descargó una con agua y truenos y luego paró-. Pero a las 10 de la noche cayó una tormenta “seca” que fue todo un espectáculo. Bonito panorama nos pinta, esperemos que hoy se repita lo mismo y que para las 10 ya estemos camino de casa, miramos para el cielo y hacia Cerredo que es donde nos dirigimos surgen las primeras nubes

El refugio del Jou de los Cabrones

Nos despedimos del guarda y nos ponemos en marcha para enfilar la fuerte canal que nos depositará al pie de la aguja de los Cabrones, dando vista al espectacular Jou Negro. Subimos pegados a una pequeña pared que recorre toda la canal y que nos alivia un poco de los inmisericordes rayos solares que caen como un castigo divino.
Rebecos refrescándose en los neveros

Al llegar al Jou Negro aparece majestuoso nuestro objetivo el Cerredo, con la Torre de Labrouche y el Risco de Saint Saud . Las nubes de tormenta se van agrandando por momentos, y aunque todavía no representa una amenaza, por experiencia sé que en cuestión de minutos el panorama puede cambiar…… a peor, por supuesto. Paramos un momento y de repente J.R. nos dice: os acompaño hasta la entrada del Jou de Cerredo pero no subo a la cumbre ¿qué dices? ¡como no vas a subir, hombre! –que no, que llevamos ya 2000 mts. de desnivel y voy muy justo, llevo 2 meses sin hacer nada….y se nota, (él no pudo ir a Pirineos por cuestiones familiares), fijaros que tripita me ha salido. Os espero en la Hda. Arenera.

Con gran pesar, pero respetando su decisión continuamos nuestra marcha y al llegar al inicio de la ascensión vemos a cuatro chicos que están cómodamente sentados. ¡Hola Elena! ¡hola! ¿ahí estáis vosotros?. Son Paco, Pili, Jordi y Angel, compañeros de escalada de Elena y de J. que han subido desde Pandébano. Nos presentamos los que no nos conocemos. ¿habéis hecho cumbre? ¡no, no! dejamos aquí las mochilas y nos vamos para arriba. Hemos perdido a uno, pero hemos ganado a cuatro ¡a por ello! Comenzamos la ascensión y al echar la vista al cielo veo que las nubes lo van cubriendo todo y amenazan con descargar lo que no está escrito y comienzo a dudar ¿nos dejará llegar arriba? ¿Comenzará a llover y nos pondrá la bajada peligrosa?

No conozco la subida pues después de 20 años haciendo montaña aún no he pisado la cima más alta de la cordillera ¡cosas de la vida! pero de momento la subida es cómoda y Ángel que se ve que es buen guía y mis compañeros que van delante me marcan muy bien la ascensión. De pronto ¡BOOOORRRROOOONNNN! ¡primer trueno! ¡ya está aquí! ¡y lo que nos queda!

Me entra una cosquilleo en el estomago que se traduce en mas dudas. Jordi dice que se da la vuelta –he tenido malas experiencias con las tormentas y no sigo, vuelvo donde las mochilas- Esto hace aumentar mis dudas y la digo a Elena que va delante –me parece que no sigo, no lo tengo nada claro- pero sin saber muy bien porqué continuo. Miro hacia la parte última de la trepada y veo a tres personas que descienden muy lentamente y con mucho cuidado. -Como comience a llover se va a poner chungo para bajar-. Nos cruzamos con dos que descienden y veo que uno lleva un vendaje en la cabeza y le caen por la frente dos secos regatos de sangre. ¿Qué os ha pasado? –este que me tiene manía y me ha tirado una piedra en toda la cabeza- ¿pero vais bien? ¡si, si, sin problemas, buena ascensión! ¡bufff ¡ , esperemos. Todo son dudas y miedos, me paro, me lo pienso, continuo, así durante un rato.

La trepada final es mas fácil de lo que parecía desde abajo y casi sin darme cuenta veo a Elena que me anima desde la cumbre ¡LO VOY A CONSEGUIR! Una pequeña canal de 6 mts. que vira a la derecha y ¡ESTOY ARRIBA! .
Siento una gran alegría, nos damos un abrazo y sin dar más tiempo alguien dice -¡vamos, vamos! ¡que está todo electrificado! -Joder, dejarnos sacar una foto- . Hacemos la foto, le pido a Angel un poco de agua y al coger el botellín me da un pequeño calambre –vayámonos de aquí que en cualquier momento se hace realidad la frase ¡que te parta un rayo! .
Sin darnos tiempo a más (no tuve tiempo ni de ver que personas estábamos en la cumbre, la persona que sale en la foto con casco no tenia ni idea de haberla visto allí, y resulta que es miembro de la Peña Luro de Santander que conocí hace unos años en Peña Remoña, me di cuenta cuando he visto la foto en casa) comenzamos el descenso lo más rapido posible pero con mucha atención pues un traspiés aquí tiene muchas posibilidades de ser fatal, ¡y encima comienza a llover!
Afortunadamente descendemos sin otro contratiempo que la fuerte lluvia que está cayendo, que debido al calor que hace es hasta gratificante. Cogemos nuestras mochilas y nos dirigimos a la Hda. Arenera con la tormenta descargando con toda virulencia a nuestras espaldas, afortunadamente no nos alcanza de lleno y se queda en la zona donde acabamos de estar ¡no nos ha pillado por los pelos! Nos juntamos con J.R y seguimos hacia el refugio de Urriello donde ya sin tormenta y con más tranquilidad, nos paramos a comer un poco y a comentar los acontecimientos vividos.
El Torre oscurecido con la caliza mojada
El Picu majestuoso
Bajando la Corona del Raso


En Urriello

Despidiéndonos, Angel, Pili, Paco y Jordi van a Pandébano, a nosotros todavía nos quedan 1.700 mts. hasta Poncebos. Angel nos comenta que el Domingo que viene se va con otros tres montañeros al Pico Comunismo. Le deseamos mucha suerte y nos emplazamos para cuando regrese para ver diapositivas y nos cuente su aventura.

Descendiendo hacia el Jou Luengo

Admirando al Rey de los Picos

Acabamos el largo pedrero del Jou Luengo y entramos en la canal de Camburero que nos resulta incomodísima por la cantidad de piedra que tiene y su estado resbaladizo por la lluvia caída. Cuando la acabamos pensamos que Balcosin estará mejor, pero resulta que no, que está aún peor y nos resulta interminable y agotadora por la tensión en la piernas al ir pendientes de no resbalar.

Salimos de Balconsin y ya vemos muy cerca el pueblo de Bulnes, ¡se acabó lo malo! SI, SI, de eso nada. El sendero esta como una pista de hielo y cada paso es casi un resbalón. Esto no se acaba ¡madre mía!

La cara de Elena lo dice todo sobre el esfuerzo que estamos realizando

El gesto que más hemos repetido hoy

¡Al fin en el coche! Después de 14 horas de actividad se acaba el sufrimiento, y aunque nuestras caras muestren un gran cansancio físico, nuestro espíritu está pletórico por el reto que acabamos de superar, y contentos y felices iniciamos nuestro regreso a casa con la satisfacción del deber cumplido.

Un saludo a todos