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26-05-2018: Reliegos (6h20') - León (11h30') - 26 Km
Salida de Reliegos con lluvia, que prácticamente ya casi no paró en toda la etapa:




Continuaba el andadero (que llega hasta Mansilla de las Mulas), pero estaba tan empapado de charcos que se iba mejor por la carreterilla (muy poco frecuentada de coches):

El cielo prometía un día tormentoso:

Una señal curiosa, que vi más veces. Quizá propone hacer el Camino en retorno:

Buscando por la izquierda la carretera general, en cuya confluencia con el andadero se llega a Mansilla de las Mulas:

Llegando a Mansilla de las Mulas (siempre con la compañía circunstancial –porque en este Camino me encontraba muy bien y siempre se me iban quedando por detrás las compañías- de algún peregrino, entre ellos el croata conocido en la etapa anterior):



Una planta que me suelo encontrar en esta época en todos mis Caminos y que añado, como saborizante, a veces al arroz. Eneldo o hinojo, creo:

Una guapa escultura en Mansilla de las Mulas que no conocía: una pareja de peregrinos. Aparenta estar más cansado él que ella, tanto es así que hasta parece que le cae “el moquillo”:



Era pronto todavía, de modo que pasé por Mansilla de las Mulas sin detenerme:



Cruce sobre el río Esla –rebosante de agua- con el que me he encontrado ya varias veces en mis Caminos:

Un pista al lado de la carretera por la que siempre suelen verse peregrinos cuando se va en coche por esa carretera hacia León:

El río Porma, en Puente Villarente. Antes se pasaba por ese puente, en el que hay muy poco espacio para coches y peregrinos, ahora hay un nuevo puente para los caminantes:




En Puente Villarente, a sólo ya unos 12 Km de León, sí era buen sitio ya para la parada matinal para el café y los Carajitos. De todas formas tampoco quería detenerme mucho, porque siendo fin de semana y llegando a León era previsible una gran abundancia de peregrinos y podría haber problemas de plaza en los albergues:

Un primer bar que conocía de otras veces (por ahí suelo pasar a menudo también en coche hacia León y Asturias, si voy sin prisas me gusta mucho más ir por Pajares que por la autovía), junto al desvío hacia Boñar y San Isidro, estaba cerrado:

En un segundo bar hubo más suerte, en coherencia con su nombre: “viel glück” = “buena suerte” (según me dijeron y me confirmó mi hija Eva desde Alemania), parece ser que su anterior dueño fue alemán:


Y a volver a adelantar a muchos más peregrinos en los kilómetros finales:


Continúa.