ASCENSIONES DE CASIANO DE PRADO Y JOHN ORMSBY EN LOS PICOS DE EUROPA: CERTEZAS E INCERTIDUMBRES
J. Longo, E. Villa y J. Wensell
(Continuación)
Chequeo a una nueva hipótesis
Cuando Eusebio guió a Ormsby todavía debía de tener muy presentes las dificultades encontradas en 1856 en la cara nororiental (nieve helada, una cresta complicada) y el recuerdo de que en el descenso por el sur la nieve ya no representó ningún problema. Sin embargo, si eligió ese camino, la cumbre desconocida a la que llegó junto a Ormsby no pudo ser el Tiro Tirso, sino alguna otra situada al sur de la Torre del Llambrión y muy próxima a ella. La cima candidata no puede ser otra que la Torre de Casiano de Prado.
La ruta de Ormsby y Eusebio, como en el caso de Casiano de Prado, habría comenzado en la Vega de Liordes, pero a partir del Sedo de La Padierna tomarían dirección oeste para alcanzar Las Colladinas. En la Primera o Segunda Colladina, abandonarían la senda y comenzarían la ascensión por la empinada ladera meridional de las cumbres que forman el conjunto del Llambrión.
Tomemos el relato de Orsmby y veamos si una hipotética ascensión a la Torre de Casiano de Prado desde el sur podría ajustarse a lo que el británico cuenta en ese texto.
1. “Mientras pudimos ver la Torre del Llambrión y el monolito en su cumbre, todo fue viento en popa, pero tras subir a una o dos o crestas nos vimos perdidos entre una multitud de picos…”. La cumbre del Llambrión es visible desde la Vega de Liordes y desde el tramo del camino situado bajo el Hoyo de Los Llagos, pero queda oculta al colocarse bajo los contrafuertes de la Torre de las Minas de Carbón y, por tanto, la referencia se pierde.
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Primer tramo de la larga y dura subida por la ladera sur del Llambrión. En primer término, la Segunda Colladina.
2) “... Eusebio comenzó a dudar y confesó que el camino que seguíamos le resultaba desconocido (....) admitiendo que estaba equivocado....”. Una vez que se comienza la ascensión por la ladera, la complejidad de esta, con multitud de agujas, escalones y canales, dificulta la orientación.
3) “… aunque para alguien acostumbrado los pasos no eran realmente peligrosos, a menudo fueron difíciles y, en algunas zonas, decididamente desagradables… Cuando las cosas se pusieron verdaderamente difíciles, el hombre que llevaba mi mochila renunció a seguir, poseído por el miedo…”. Las palabras de Orsmby transmiten la impresión de estar describiendo una ascensión larga y compleja. En la primera línea podría referirse al tramo situado por encima de Las Colladinas y por debajo de las Torres de las Minas de Carbón, y es posible que en el resto aludiera a la barrera rocosa que aparece a unos 2400 m y que cierra el paso hacia las alturas. Dicha barrera es un tramo clave, porque sólo presenta dos puntos débiles, de similar dificultad: a la izquierda el muro utilizado hoy día por algunos montañeros, y, a la derecha, un estrecho pero bien marcado canalizo.
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Dos pasos permiten franquear la banda de calizas compactas que parece cerrar el camino a las cumbres a cota 2400. Ormsby y Eusebio habrían tomado la estrecha canal de la derecha (flecha).
4) “Sin embargo, Eusebio perseveró y, finalmente, me hizo señales para que le siguiese. Todo iba bien ahora: él podía ver el mojón y estaba a poca distancia de nosotros”. Tras superar el canalizo citado en el punto anterior, la lógica del terreno conduce directamente a la cumbre de la Torre de las Minas de Carbón. Y, ¡oh, sorpresa!: contra toda intuición, el mojón del Llambrión aparece a la vista. Es necesario destacar aquí que este es el único punto de la ladera sur desde el que, asomando por detrás de la más cercana Torre de Casiano de Prado, se puede ver la cima del Llambrión.
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La Torre de Casiano de Prado y la del Llambrión (círculo blanco) vistas desde la Torre de las Minas de Carbón, el lugar desde el que vieron el mojón. La línea amarilla sigue la vía de subida a la primera.
5) “Un cuarto de hora de ardua escalada nos llevó a la cima, donde Eusebio dejó escapar un gemido: estábamos en el pico equivocado”. Acometen directamente la cumbre a la vista pero, cuando la coronan, descubren que no es la que esperan. El tiempo empleado en este tramo y el adjetivo que emplea para calificar la escalada se ajustan bien a lo que supone alcanzar la Torre de Casiano de Prado por su pared sur (grado III+).
6) “Enfrente de nosotros estaba la verdadera cima, a solo 200 o 300 yardas ….”. La estimación de Ormsby equivale a decir entre 180 y 270 metros. La distancia en línea recta entre el Llambrión y la Torre de Casiano de Prado es de 240 m, una cifra comprendida dentro del margen estimado por Ormsby.
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Una aérea arista une la Torre de Casiano de Prado (punto desde el que se ha tomado la fotografía) y la Torre del Llambrión, rodeando por la izquierda el impresionante vacío que se abre entre ambas.
7) “...pero separada de nosotros por una imponente brecha (o abismo)…”. Las palabras que usa Ormsby son “cleft” y “chasm” que pueden significar tanto abismo, como sima, grieta, brecha, partición, etc. La Torre de Casiano de Prado y la del Llambrión están unidas por una arista semicircular que se curva hacia el oeste rodeando el precipicio que se abre entre los verticales paredones de ambas cimas, un gran vacío compatible con la descripción realizada por Ormsby.
8) “…. de 1500 pies de profundidad”. El corte entre la Torre de Casiano de Prado y el Llambrión tiene una profundidad de unos 250 m, cifra bastante menor que la estimada por Ormsby (450 metros). Sin embargo, la impresión de profundidad se agranda a poco que la vista del observador se desvíe hacia el este, en dirección al Tiro Tirso.
9) “Eusebio intentó consolarme diciendo que ambas cimas venían a ser casi lo mismo, ya que el otro punto solo estaba unos 30 o 40 pies más alto… Yo calculé que la diferencia de altura era por lo menos el doble; el veredicto del barómetro fue que era de más de 100 pies…”. La Torre de Casiano de Prado es 34 m (= 111 pies) más baja que la Torre del Llambrión. Ormsby calculó la diferencia de altura midiendo la de la cima desconocida con su barómetro (cuya precisión y exactitud destaca en el texto) y comparándola con la cota que aparece en el mapa de Coello de 1862. Su resultado se ajusta perfectamente a una hipotética posición en la Torre de Casiano de Prado.
10) “... Para rodear aquel abismo habríamos necesitado un par de horas…”. El tiempo estimado por Ormsby resulta exagerado para el recorrido entre la Torre de Casiano de Prado y el Llambrión. Pero en su cálculo pudo influir el aspecto complicado, aparentemente difícil y por tanto desalentador, que muestra la arista. Ello, unido a las dudas y dificultades acumuladas en la jornada (especialmente la última trepada), sin duda habría influido en la decisión de no continuar.
11) Finalmente, la ausencia de cualquier mención de Ormsby a la presencia de hielo o nieve, refuerza la probabilidad de que la ascensión haya discurrido por la cara soleada del Llambrión.
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Ladera oeste de la Torre del Llambrión. Se señala el itinerario que pudieron seguir Orsmby y Eusebio en su hipotética ascensión a la Torre de Casiano de Prado.
¿Es posible llegar a alguna conclusión?
La mayoría de los puntos analizados presentan una buena compatibilidad entre el relato de John Ormsby y las características de una ascensión desde el sur a la Torre de Casiano de Prado. Hay incluso marcadas coincidencias entre sus estimaciones de alturas y distancias y la realidad de esa zona. Pero hay dos párrafos, los de los apartados 8 y 10, en los que sí hay discrepancias. Por tanto, nuestra impresión final es que, a causa de las imprecisiones del relato de Ormsby, no es aconsejable proponer una conclusión definitiva. Permanece, pues, la incertidumbre. Sin embargo, la hipótesis de la ascensión a la Torre de Casiano de Prado nos parece ahora la más probable, puesto que el dato de la diferencia de altura, explicado en el punto 9, resulta muy convincente. En este giro (con respecto a la principal interpretación dada hasta el momento) ha jugado un papel determinante una certeza recientemente adquirida: Casiano de Prado descendió en 1856 por la vertiente sur del Llambrión, lo que significa que Eusebio conocía esa aproximación y sus posibles ventajas.
La hipótesis formulada en 2010, una ascensión al Tiro Tirso, presenta una importante implicación histórica: la de asignar a Ormsby la primicia de la conquista del Tiro Tirso. A la vista de los nuevos datos, parece prudente seguir otorgando a Gustav Schulze el honor de haber sido el primer alpinista en poner el pie en esta cumbre, hecho acaecido en 1906.
Agradecimientos. Los autores dedican este artículo a la memoria de Alfredo Íñiguez, escalador y montañero enamorado de Los Picos de Europa, quien, con gran tenacidad, estudió la vertiente norte del circo del Llambrión buscando resolver el problema de la ascensión realizada por John Ormsby y Eusebio.