Su nombre lo encontramos sin querer, hace pocos meses, en un libro de David Atela. Parece ser que se llama Torre de la Virgen de las Nieves y, lo mejor del caso, es que pertenece al selecto club de los mayores de 2.600 metros.
El día que elegimos para acercarnos a ella fue excelente: mucho sol, sin demasiado calor. Aunque después de dos horas y media de marcha se notaba bien que las mochilas llevaban algo más que ropa, comida y agua. Pero ya estábamos muy cerca.

En las inmediaciones del Tiro Tirso, vemos a varias personas enriscadas en su arista.
Siempre me ha impresionado la facilidad con que algunos suben y bajan "a pelo" cosas así. Yo, sinceramente, no la tengo.

Poco más allá, nos encontramos ya con nuestra torre. Reponemos fuerzas en su base, nos colgamos la chatarra y al tajo.

El muro inicial es muy sencillo (no pasa de II+) ...

... y da paso a una amplia terraza donde se puede hacer cómodamente un relevo, si se desea.

Mientras tanto, nuestros vecinos del Tiro Tirso ya están descendiendo.

Nos saludamos, nos hacemos mutuamente algunas fotos y seguimos cada cual a lo nuestro.

Poco después, seguimos comentando algo con ellos hasta darnos cuenta, de repente, que nos conocemos. Lo que hacen las gafas de sol, la miopía de alguno y el estar un poco a otra cosa.

De vuelta a nuestro asunto, al salir de nuestra reunión encontramos el paso de entrada a una evidente canaleta que se aprecia perfectamente desde abajo (rondará el III+). Estamos en el borde izquierdo de la terraza, al borde del precipicio, pero no es necesario asomarse mucho para afrontar el paso.


Después, terreno más sencillo hasta la cumbre. Sencillo, pero en el que cuesta bastante colocar un seguro decente.

Desde la cumbre vemos lo concurrido que está hoy el Llambrion.

Y gracias a nuestros amigos del Tiro Tirso disponemos un buen reportaje fotográfico de nuestra aventura.

En la cumbre no encuentro absolutamente nada (me habían hablado de un tinglado de rapel), ni nada sólido donde asegurar. Así que me retiro a asegurar a mi compañero a un buen mogote de roca que había pocos metros antes de la cumbre.

La silueta del Tiro Tirso desde aquí es impresionante. Lástima que no la pillo completa.

El segundo recogiendo la reunión para empezar a subir.

La entrada en la canaleta ...

... y el tramo a la salida de la misma.

Mi compañero en la cumbre. Y sí, se arrepiente profundamente de haber olvidado el casco en casa.
Yo me he planteado quitarle el sombrero con el Photoshop, pero soy bastante torpe con esas cosas.


Dos fotos del espectacular tobogán que baja casi desde la misma cumbre del Llambrión.

Pensábamos que se iba a ver muy bien desde aquí pero ...

La reunión en la arista, que utilizaríamos después también como instalación de rapel.

Y un clásico de este esta maniobra: el enredo de la cuerda.

Desde la terraza vemos como continúan subiendo más grupos de gente al Llambrión.

Y bajando también. Buena taquilla han debido de hacer hoy !!!

El rapel, llegando a la terraza. Desde ella hasta abajo destrepamos sin problemas.

Desde abajo y a la sombra, la torre parece bastante peor de lo que es en realidad.

Y desde una perspectiva mas lejana, uno tiene la equivocada impresión de que el cuerno de la parte derecha es más alto que la propia cumbre.

Viendo la torre de frente es fácil imaginar más líneas (en la parte derecha) que podrían llevarnos a la cumbre de una forma sencilla. Nosotros las habíamos barajado como opción, pero a la vista de la información que nos dió el propio David, decidimos asegurar "yendo por lo segao".

Para completar la jornada, subimos hasta la cumbre del Tiro Tirso. Está tan a mano, que es difícil resistirse.

Y ya de vuelta a casa, nos paramos a observar el murallón bajo la Torre Sin Nombre y las marcas de ablación del hielo en otros tiempos.
Menuda época aquella !!!

Como siempre, espero que el reportaje merezca vuestra atención.
Saludos a todos y hasta pronto.