Salimos del aparcamiento del Jito Escarandi y llegamos al Casetón casi sin pisar nieve y sin necesidad de calzar los crampones. La verdad es que para la época del año en que estamos, sorprendía ver tan poca nieve, aunque últimamente nos estamos acostumbrando… Eso sí, del Casetón para arriba, crampones imprescindibles, ya que la nieve, aunque poca, está dura de verdad.
En El Casetón de Andara, paramos un poco a comer algo y calzarnos los crampones y enseguida continuamos ruta, que la Morra está lejos.

Al fondo el Samelar, muy pelado de nieve.

Seguimos ganando altura con la nieve perfecta para crampones. A la izquierda se ve La Rasa y a la derecha el Grajal de Abajo.

Una vez en el Collado de El Mojón, decidimos no perder altura y subimos al Grajal de Abajo para, desde su cumbre bajar directamente a la pequeña cresta que nos llevará a la amplia pala que da acceso al Grajal de Arriba.
Morra a la vista, entre la Silla Caballo y la Pica El Jierru.
Bajando del Grajal de Abajo. Aquí nos juntamos con 3 leoneses que habían bordeado el Grajal por el lado de Arredondas, por el camino habitual.
El Hoyo del Evangelista con las Picas del Jierru al fondo.
Los leoneses siguiendo la huella de otros 4 que nos precedían.

Andoni en el bordeo del Hoyo del Evangelista.
Llegaba gente por la Canal de Lechugales. Cuando nos cruzamos nos dijeron que iban a bajar por Arredondas.
Seguimos en el Hoyo del Evangelista. La Pica del Jierru de fondo.
Silla de Caballo Cimera.
Seguimos la huella, que en lugar de salir del Hoyo por el camino de verano, se sube a la cresta de las Picas, que está bastante pelada de nieve, así que avanzamos con precaución con el piolet y los pinchos:

Cresteando con el Macizo Central de fondo.
Aquí se agradecía la huella, la verdad.
Los que nos abrieron huella con La Morra de fondo. Muchas gracias…

En el paso de III- nos quitamos los crampones (y nos los pusimos de nuevo para hacer los últimos metros).
Se ha hecho de rogar, pero al fin lo hemos conseguido: ¡cumbre!

Andoni llegando también a la cumbre.
Un poco preocupados por el destrepe, no nos estamos demasiado allí y nos vamos tras hacer unas pocas fotos: hacia el Torrecerredo. Bonita imagen.

De vuelta por el mismo camino de ida.
En plena cresta.
Bajando a la huella del Hoyo del Evangelista con mucho cuidadito.
Y esto es todo. La bajada, como véis, la hicimos por donde subimos.
Espero que os guste. Yo disfruté de lo lindo.
