Bueno, ésta es de la semana anterior, del último finde de Septiembre. Perdonar el retraso, pero anduve bastante liado en el curro y me pasó la semana sin colgar nada…
La cuestión es que arrancamos de Lugones, muy pronto como por desgracia es nuestra costumbre. Así, cuando llegamos tras un buen rato a Posada de Valdeón, resulta que todavía era noche cerrada…
Como prueba, una foto…

¿Veis? Cerrada del todo, jeje

Cargamos ferralla, mochila y moral, y nos lanzamos a esa pesada, lejana y muy pindia subida hasta la Horcada de Pambuches. Cuando empieza a salir el sol, allá la vemos…


Si, si, si, nos queda aún un buen rato, menos mal que subiremos a la sombra…
Con paciencia y sin quemarse, vamos superando esa maldita canal…

Como se intuye desde abajo, la canal es peleona… mucha pedrera, roca suelta, y encima en su final nos toca trepar. En su parte superior, la canal se bifurca y es por el ramal de la izquierda por donde saldremos. Unos pocos metros de II grado, con una cuerda fija a la derecha por si quisiéramos ayudarnos.
Venga, que ya lo tienes ahí… Foto llegando arriba, tras pasar la cuerda fija.

Menos mal que las vistas, allá arriba, merecen la pena. Los Puertos de Cuba con La Robliza (entre otras) acechante allá al fondo…

Desde la Horcada de Pambuches, un vistazo a lo que nos queda. No es mucho, si la aproximación nos pudo llevar dos horas largas para llega, en menos de media hora ya estaremos bajo las cimas…

Y con más detalle, un croquis rápido de la subida a cada una de las torres: por lo menos, así lo hicimos nosotros esta vez…

Como veréis, la tercera torre no tiene dificultad. La segunda nos llevará alguna trepada, y si empalmamos por la cresta, un tramo de poca dificultad pero mucha exposición…
La Primera ya es cosa fina, con una trepada por una pedregosa chimenea, furaco incluido por el que tenemos que pasar y más adelante una buena placa para la que el primero podría subirse los gatos. Se hace bien con botas, claro. Pero cuesta más trabajo…
De momento, la aproximación va, como se ve en el croquis, por una aérea vira, con un pasete psicológico de II en un estrechamiento que obliga a pasar de rodillas. Si lleváis mochila, hasta os puede tocar arrastraros. Los collacios entrando hacia lo más estrecho de la vira…

Nada más pasar ésta, se vuelve a abrir. Estamos bajo la chimenea. Eso hora de sacar fierro y ponerse a trabajar. Hoy me toca a mí abrir hostilidades, y allá me voy para que me coma el bujero…

Hala, ya se me tragó (IV-)

Pero como estoy revenido, rápidamente me escupe. Ahora, a por esa placa, unos seis metros de IV grado…

Arriba, a la izquierda, hay una reunión montada con una cinta larga y un clavo. Aunque esté preparada para rapelar, no bajaremos por aquí. Seguimos caminando unos metros y ya estamos gozando de las vistas de la cima… A un lado, la señora del Cornión…

Al otro, flotamos sobre Valdeón, mientras el Friero nos vigila…

Es el momento de bajar, Un rápel largo, de más de 50 metros, nos dejará en la horcada entre la tercera y la segunda torre. Para ello, debemos bajar unos metros, andando pero con mucha roca suelta, hasta encontrar un tinglado sólido con un espit y dos clavos. Ahora, hacia abajo…

De vuelta a la loma frente a la segunda torre, hora de recuperar mochilas y mirar de donde acabamos de bajar…

Ahora es el momento de irnos a por la otras dos torres. La tercera, que es la que está más al norte, no ofrece dificultad alguna. Pasaremos bajo su hermana central y, en diez minutos, ya estaremos en su cima…

Vistas hacia el norte, sobre los abismos del Cares…

Otra foto, del macizo central ahora, desde la tercera torre de Arestas…

Miramos hacia la hermana central, y vemos factible la trepada directa, que nos ahorra el descenso al punto de partida. Ojo, factible pero expuesta, una estrecha arista con pasos aéreos, y en la que no debemos olvidar tener las debidas precauciones de mirar a donde nos agarramos si no queremos acabar rebotando hasta el valle (pasos de II+)

Si no nos vemos capaces, siempre podemos atacar la subida Normal, que será nuestro descenso, bastante menos expuesta aunque toque también echar las manos un par de veces.
Si nos atrevemos a cruzar la arista, en cinco minutos habremos completado la trilogía. Ahora, un zoom hacia Collado Jermoso y el sector de La Palanca y el Llambrión…

Los collacios seguirán un rato hacia arriba, a ojear algo de un proyecto para otras ocasiones. Yo me tiraré hacia el valle, por la misma ruta de subida. La canal, bajando, cuesta tanto trabajo como de subida, y algo más de precaución incluso, con la gravedad y el cansancio jugando en nuestra contra.
Al final, salimos del peor tramo y podemos mirar hacia arriba algo más tranquilos…

Bajamos tranquilamente a por esas cervezas bien ganadas por hoy. Unas fotos al Macizo Central, ya paseando por terreno más amable.

En poco rato, ya tenemos casi a mano el valle…

Y por fin, tras dos horas de bajada, ya en el pueblo; ahora podemos ver la ruta por fin, menuda diferencia con la primera foto ¿no?


Ya sólo queda esperar a los compañeros, que no tardan mucho en aparecer, y tomarnos el viaje de vuelta con calma. Ya sabéis eso de precaución, amigo conductor…
Hala, un beso del Maquis, que hoy estoy cariñoso aunque rasque cual oso amoroso…