La Vía de la Plata – Etapa 33
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- Pepe García
- Mensajes: 9520
- Registrado: Mié Nov 30, 2005 11:38 pm
- Ubicación: Asturianu en Valladolid
La Vía de la Plata – Etapa 33
Viene de:
viewtopic.php?f=18&t=31508
10-06-2017: Outeiro (5h30') – Santiago de Compostela (9h30') - 18 Km (GPS) - 16,3 Km (Guía)
El mayor madrugón (creo, tendría que mirarlo) de este Camino a pesar de que iba a ser la etapa más corta (¡y la última!), pero siempre quiero llegar pronto a Santiago para poder cumplir con todos los rituales.
Había luna llena, como la había muchos días atrás (prácticamente un mes) cuando inicié este duro, largo y hermoso Camino:
Con el frontal no había problemas para orientarse por las alturas del Outeiro, hasta que poco a poco comenzó a verse según se descendía:
Allá a lo lejos se veían cosas que presagiaban a Santiago, que aún se escondía:
Toda esta parte del Camino sigue un trayecto algo raro, con muchas desviaciones (posiblemente para adaptarse a las urbanizaciones, carreteras, autovías, vías del tren y a otros obstáculos), dando a veces la sensación de que incluso se retrocede:
Algún peregrino se va encontrando:
La Luna se iba y llegaba un nuevo Sol (parece que esta vez Santiago no tendría su típica lluvia):
Muy poco ya a Santiago, aunque por el trazado del Camino sería más (de Orense, ya recordado muy lejos, había llegado en tres días):
Pasos bajo emparrados, carreteras, …:
Las vías del tren siguen demostrando que las líneas paralelas se juntan bastante más acá del infinito:
Un buena subida para dar vista a cosas ya con influencia de Santiago:
Me encontré con un gatito que estaba empeñado en seguirme. Me costó convencerlo de que no continuara, para que no se perdiera:
Cruceiros, desvíos, …:
La ermita de Santa Lucía, en la cota más baja de la etapa:
Muy poco ya a Santiago:
Continúa.
viewtopic.php?f=18&t=31508
10-06-2017: Outeiro (5h30') – Santiago de Compostela (9h30') - 18 Km (GPS) - 16,3 Km (Guía)
El mayor madrugón (creo, tendría que mirarlo) de este Camino a pesar de que iba a ser la etapa más corta (¡y la última!), pero siempre quiero llegar pronto a Santiago para poder cumplir con todos los rituales.
Había luna llena, como la había muchos días atrás (prácticamente un mes) cuando inicié este duro, largo y hermoso Camino:
Con el frontal no había problemas para orientarse por las alturas del Outeiro, hasta que poco a poco comenzó a verse según se descendía:
Allá a lo lejos se veían cosas que presagiaban a Santiago, que aún se escondía:
Toda esta parte del Camino sigue un trayecto algo raro, con muchas desviaciones (posiblemente para adaptarse a las urbanizaciones, carreteras, autovías, vías del tren y a otros obstáculos), dando a veces la sensación de que incluso se retrocede:
Algún peregrino se va encontrando:
La Luna se iba y llegaba un nuevo Sol (parece que esta vez Santiago no tendría su típica lluvia):
Muy poco ya a Santiago, aunque por el trazado del Camino sería más (de Orense, ya recordado muy lejos, había llegado en tres días):
Pasos bajo emparrados, carreteras, …:
Las vías del tren siguen demostrando que las líneas paralelas se juntan bastante más acá del infinito:
Un buena subida para dar vista a cosas ya con influencia de Santiago:
Me encontré con un gatito que estaba empeñado en seguirme. Me costó convencerlo de que no continuara, para que no se perdiera:
Cruceiros, desvíos, …:
La ermita de Santa Lucía, en la cota más baja de la etapa:
Muy poco ya a Santiago:
Continúa.
- Pepe García
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- Registrado: Mié Nov 30, 2005 11:38 pm
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Re: La Vía de la Plata – Etapa 33
Sigue:
Una subida hacia Angrois por la parte más bonita de la etapa:
Paso sobre autovías para ver ya desde arriba la Ciudad de la Cultura de Santiago:
Angrois, el lugar del trágico accidente ferroviario de julio de 2013, con tristes recuerdos (que se van ya quedando viejos, todo envejece):
Quería haber tomado mi último café del Camino, con mi último carajito (me quedaba uno), en un agradable bar que conocía de mi paso anterior, pero estaba cerrado:
Y después de un repecho y un cruceiro, ¡las torres de la Catedral a la vista!, el Monte do Gozo de este Camino (que pinté de mi Camino anterior). Por fin, después de unos 1.000 kilómetros andados. Imposible no sentir algo especial:
Cruce del río Sar y dura subida por la Rúa de Sar hacia el Obradoiro:
Pero antes de llegar no quería quedarme sin el ultimo café, con gotas (y carajito), acompañado -la ocasión lo merecía- de Tarta de Santiago. (Noté un fuerte aumento de precios: durante el Camino el precio más habitual del café era 1 €, aquí 1,80 €):
Y una vez más (y van……) ¡la Plaza del Obradoiro en mis ojos!:
No está muy presentable la Catedral, pero siempre recuerdo aquello de (más o menos, va de memoria) “Cuando llegues a Ítaca, si pobre la encuentras no hubo engaño, Ítaca ya te dio un hermoso viaje”:
Continúa:
Una subida hacia Angrois por la parte más bonita de la etapa:
Paso sobre autovías para ver ya desde arriba la Ciudad de la Cultura de Santiago:
Angrois, el lugar del trágico accidente ferroviario de julio de 2013, con tristes recuerdos (que se van ya quedando viejos, todo envejece):
Quería haber tomado mi último café del Camino, con mi último carajito (me quedaba uno), en un agradable bar que conocía de mi paso anterior, pero estaba cerrado:
Y después de un repecho y un cruceiro, ¡las torres de la Catedral a la vista!, el Monte do Gozo de este Camino (que pinté de mi Camino anterior). Por fin, después de unos 1.000 kilómetros andados. Imposible no sentir algo especial:
Cruce del río Sar y dura subida por la Rúa de Sar hacia el Obradoiro:
Pero antes de llegar no quería quedarme sin el ultimo café, con gotas (y carajito), acompañado -la ocasión lo merecía- de Tarta de Santiago. (Noté un fuerte aumento de precios: durante el Camino el precio más habitual del café era 1 €, aquí 1,80 €):
Y una vez más (y van……) ¡la Plaza del Obradoiro en mis ojos!:
No está muy presentable la Catedral, pero siempre recuerdo aquello de (más o menos, va de memoria) “Cuando llegues a Ítaca, si pobre la encuentras no hubo engaño, Ítaca ya te dio un hermoso viaje”:
Continúa:
- Pepe García
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- Registrado: Mié Nov 30, 2005 11:38 pm
- Ubicación: Asturianu en Valladolid
Re: La Vía de la Plata – Etapa 33
Sigue:
El punto cero, la meta:
Quería hacer un homenaje a las zapatillas que se habían dejado “la vida” sirviéndome bien en varios Caminos y en varias montañas. Allí se quedaron:
Y siempre, mientras me dure la estampita, un recuerdo para toda aquella buena gente que voy perdiendo (cada vez más…. y alguno demasiado pronto):
Una vez certificada la llegada, rápidamente hacia el albergue. Probaría uno nuevo, que me habían recomendado los vitorianos, cerca de la estación de tren, cuyo nombre lo atestigua:
Una vez cogida plaza y liberado de la mochila, aprovechando la cercanía, a la estación de tren a por el billete de vuelta para el día siguiente. Con ciertas dificultades, porque había mucha gente y no conseguí plaza para el primer viaje posible. Era ya junio, nunca había llegado a Santiago tan tarde. El señor de la taquilla me dijo que había muchísimos viajeros esos días en Santiago:
Y rápidamente a la Oficina del Peregrino a tratar de conseguir La Compostela, pero era imposible, había unas colas enormes, así que, casi siempre corriendo, a la Catedral a la misa de 12:
Terrible, otra tremenda cola, con muchos controles y autorizaciones para entrar en sucesivos pequeños grupos. Santiago estaba bastante agobiante. En fin, “cuando llegues a Ítaca…”:
Al fin conseguí pasar, dar el abrazo al Apóstol y visitar la cripta con los recados aquellos de “Pried pour nous à Compostelle”:
Y aún tuve suerte: había sesión de Botafumeiro, encargada por un muy numeroso grupo que había llegado por el Camino de Invierno (me alegré de no haber elegido yo esa opción para el fin de mi Camino, lo hubiera encontrado petado de gente):
Y rápidamente de nuevo a la Oficina del Peregrino a por La Compostela (una más). Me costó más de una hora de cola:
Y bueno, ya cumplidos todos los ritos, podía ir tranquilamente a comer. Volví al Obradoiro y me fui a una pulpería de la calle Concheiros (por donde entra el Camino Francés) en la que había estado con buena compañía al final del Camino de dos años antes:
Volví a comer muy bien:
Vuelta hacia el centro por la calle Concheiros y la Porta do Camiño, por donde había entrado tantas veces:
Había unas ánimas por allí que no lo estaban pasando nada bien (y llevan tiempo, espero que no lo sea para la eternidad, como me amenazaban de guaje):
De momento yo me merecía después de comer un cafetito y algo más que gotas:
Vuelta al albergue, pasando por un recuerdo del Camino Primitivo (un regalo de la ciudad de Oviedo, donde comienza), y junto a un afilador con la roda:
Aconsejado por el hospitalero del albergue (donde estaban también los vitorianos, de los que me despediría al día siguiente), Miguel, muy majo, visité un parque próximo en el que está la Colegiata del Sar, junto a la que había pasado al cruzar el puente a la llegada a Santiago, pero que no conocía, y merece la pena:
Continúa.
El punto cero, la meta:
Quería hacer un homenaje a las zapatillas que se habían dejado “la vida” sirviéndome bien en varios Caminos y en varias montañas. Allí se quedaron:
Y siempre, mientras me dure la estampita, un recuerdo para toda aquella buena gente que voy perdiendo (cada vez más…. y alguno demasiado pronto):
Una vez certificada la llegada, rápidamente hacia el albergue. Probaría uno nuevo, que me habían recomendado los vitorianos, cerca de la estación de tren, cuyo nombre lo atestigua:
Una vez cogida plaza y liberado de la mochila, aprovechando la cercanía, a la estación de tren a por el billete de vuelta para el día siguiente. Con ciertas dificultades, porque había mucha gente y no conseguí plaza para el primer viaje posible. Era ya junio, nunca había llegado a Santiago tan tarde. El señor de la taquilla me dijo que había muchísimos viajeros esos días en Santiago:
Y rápidamente a la Oficina del Peregrino a tratar de conseguir La Compostela, pero era imposible, había unas colas enormes, así que, casi siempre corriendo, a la Catedral a la misa de 12:
Terrible, otra tremenda cola, con muchos controles y autorizaciones para entrar en sucesivos pequeños grupos. Santiago estaba bastante agobiante. En fin, “cuando llegues a Ítaca…”:
Al fin conseguí pasar, dar el abrazo al Apóstol y visitar la cripta con los recados aquellos de “Pried pour nous à Compostelle”:
Y aún tuve suerte: había sesión de Botafumeiro, encargada por un muy numeroso grupo que había llegado por el Camino de Invierno (me alegré de no haber elegido yo esa opción para el fin de mi Camino, lo hubiera encontrado petado de gente):
Y rápidamente de nuevo a la Oficina del Peregrino a por La Compostela (una más). Me costó más de una hora de cola:
Y bueno, ya cumplidos todos los ritos, podía ir tranquilamente a comer. Volví al Obradoiro y me fui a una pulpería de la calle Concheiros (por donde entra el Camino Francés) en la que había estado con buena compañía al final del Camino de dos años antes:
Volví a comer muy bien:
Vuelta hacia el centro por la calle Concheiros y la Porta do Camiño, por donde había entrado tantas veces:
Había unas ánimas por allí que no lo estaban pasando nada bien (y llevan tiempo, espero que no lo sea para la eternidad, como me amenazaban de guaje):
De momento yo me merecía después de comer un cafetito y algo más que gotas:
Vuelta al albergue, pasando por un recuerdo del Camino Primitivo (un regalo de la ciudad de Oviedo, donde comienza), y junto a un afilador con la roda:
Aconsejado por el hospitalero del albergue (donde estaban también los vitorianos, de los que me despediría al día siguiente), Miguel, muy majo, visité un parque próximo en el que está la Colegiata del Sar, junto a la que había pasado al cruzar el puente a la llegada a Santiago, pero que no conocía, y merece la pena:
Continúa.
- Pepe García
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- Registrado: Mié Nov 30, 2005 11:38 pm
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Re: La Vía de la Plata – Etapa 33
Sigue:
La Colegiata del Sar:
Vuelta hacia el centro, con vistas al Seminario Diocesano en el que me albergué al final de varios Caminos:
Europa y Compostela, la Catedral, el Hostal de los Reyes Católicos, la Rúa del Villar, la tienda de fotografía (cerrada) a cuyo dueño (Arturo) conocí al final del camino Portugués, …:
Pero me faltaba todavía algo importante: conseguir una nueva concha de vieira por si hubiera que volver a Santiago otra vez. ¿Quién sabe?:
Vuelta al albergue sin prisas, al día siguiente ya no habría que madrugar:
Había el típico ambiente de fin de un viaje:
Al día siguiente volvería a casa. Hablaré de ello, y de unas conclusiones generales, en el Epílogo.
Continúa (y termina) en:
viewtopic.php?f=18&t=31512
La Colegiata del Sar:
Vuelta hacia el centro, con vistas al Seminario Diocesano en el que me albergué al final de varios Caminos:
Europa y Compostela, la Catedral, el Hostal de los Reyes Católicos, la Rúa del Villar, la tienda de fotografía (cerrada) a cuyo dueño (Arturo) conocí al final del camino Portugués, …:
Pero me faltaba todavía algo importante: conseguir una nueva concha de vieira por si hubiera que volver a Santiago otra vez. ¿Quién sabe?:
Vuelta al albergue sin prisas, al día siguiente ya no habría que madrugar:
Había el típico ambiente de fin de un viaje:
Al día siguiente volvería a casa. Hablaré de ello, y de unas conclusiones generales, en el Epílogo.
Continúa (y termina) en:
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Última edición por Pepe García el Mar Dic 12, 2017 8:55 am, editado 1 vez en total.
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Re: La Vía de la Plata – Etapa 33
Enhorabuena Pepe. Creo que ya solo te queda ir a Santiago volando.
" Solo dos cosas son infinitas : El universo y la estupidez humana . Y no estoy seguro de lo primero " Albert Einstein
- Pepe García
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Re: La Vía de la Plata – Etapa 33
Gracias, amigo. No sé,volando creo que se llegaría demasiado rápidoj.l.coyote escribió:Enhorabuena Pepe. Creo que ya solo te queda ir a Santiago volando.
Re: La Vía de la Plata – Etapa 33
Enhorabuena por ese nuevo Camino conseguido.
Veo que Santiago sigue estando agobiante y esta vez hasta tu lo comentas.
Me encantan los caminos pero no me gusta llegar a Santiago, de hecho he hecho varios caminos en bici sin llegar a Santiago y los he disfrutado tanto como los otros. Solamente las dos primeras llegadas a Santiago fueron especiales y las disfruté.
Veo que Santiago sigue estando agobiante y esta vez hasta tu lo comentas.
Me encantan los caminos pero no me gusta llegar a Santiago, de hecho he hecho varios caminos en bici sin llegar a Santiago y los he disfrutado tanto como los otros. Solamente las dos primeras llegadas a Santiago fueron especiales y las disfruté.
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