Ascensión a Peña Ubiña y Peña Ubiña Pequeña

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djibarian
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Ascensión a Peña Ubiña y Peña Ubiña Pequeña

Mensaje por djibarian » Mié Abr 04, 2018 6:44 am

El pequeño pueblo de Torrebarrio está dividido en tres barrios: el Barrio de Abajo y el Barrio de la Vega, ambos al lado de la carretera, y el Barrio la Cubilla, algo más arriba. En este último está localizado el Refugio de Torrebarrio, un punto muy conveniente donde pasar la noche y comenzar la marcha al día siguiente de camino a las imponentes formaciones rocosas del Macizo de Peña Ubiña. Aunque yo no me alojé allí porque iba acompañado de la familia.

A primera hora de la mañana el cielo estaba bastante encapotado y la temperatura no era muy agradable. De hecho, estaba chispeando y el viento era algo frío y desagradable. Como últimamente, salí con el paso ligero y la esperanza de que a medida que fuera avanzando la mañana el tiempo fuera mejorando, porque lo cierto es que si no mejoraba no lo iba a pasar nada bien por allí arriba.

Un grupo de perros me recibió a ladridos y me acompañó durante unos metros mientras me alejaba del pueblo. Un sendero bien marcado sale por una de las callejuelas e inmediatamente gana altura en dirección a la Peña del Águila. Al principio un par de ramificaciones complican la elección del recorrido, pero luego el sendero se hace evidente mientras se eleva por la ladera herbosa donde a ratos desaparece sin presentar ninguna complicación.

La Peña del Águila es un pequeño primer promontorio desde donde se puede divisar Torrebarrio. No tiene mayor interés que encontrarse prácticamente en el camino de subida hacia el macizo y aparecer nombrado en los mapas del IGN. Llegué allí enseguida, todavía con poca luz, con el viento soplando y algo de lluvia que se estaba volviendo un poco molesta. Saqué unas fotos rápidamente y continué ascendiendo hacia el Norte, paralelo a una pista que parte del Barrio de la Vega y que poco a poco fui retomando.

Una vez en la pista agaché las orejas y continué ascendiendo a paso ligero, colocándome el chubasquero y simplemente dejando pasar el tiempo. Enfrente se veían desde hacía rato las paredes del Peña Ubiña y a la derecha el Peña Ubiña Pequeña, adivinándose entre los dos el Collado Ronzón al que me tenía que dirigir. Más adelante hay que dejar la pista y continuar por un sendero repleto de hitos donde es muy fácil durante un momento tomar el camino menos ideal. Aunque tampoco importa mucho porque cualquier opción es buena y está bien señalizada o resulta obvia.

El sendero continúa en la misma tónica, estrecho, repleto de hitos y fácil de seguir, superando alguna pedrera de vez en cuando, hasta llegar al Collado Ronzón. Allí el tiempo había mejorado algo. Todavía estaba muy nublado pero por momentos aparecía algún claro, lo cual era buena señal. En la distancia podía distinguir a un par de montañeros que se dirigían hacia el Peña Ubiña Pequeña. Yo continué hacia el Peña Ubiña.

A partir del collado un pequeño sendero se empina cada vez más mientras se introduce en la mole rocosa, prácticamente sin vegetación. En ese punto la cosa se pone interesante. Un sendero más marcado sigue hacia la derecha, paralelo a la cara Este, mientras un desvío sube a la izquierda, mucho más directo, zigzagueando hacia arriba y ganando altura vertiginosamente. Allí me topé con otro grupillo que bajaba. No les pregunté nada, pero por la hora que era obviamente habían pasado la noche en la cima –lo cual no me pareció nada interesante por el mal tiempo que estaba haciendo.

Más arriba el sendero de tierra comenzó a serpentear entre la roca y a hacerse más abrupto. En algunos momentos es incluso necesario utilizar las manos y tiene una ligera exposición, pero es un sendero muy divertido y en general muy cómodo, repleto de hitos que marcan el camino. La subida es fuerte y constante, pero el paisaje merece mucho la pena. Echaba mucho de menos ese paisaje después de tanto tiempo pateando esas cimas tan redondeadas y repletas de bosques de La Rioja. Las moles de roca son mi predilección y estaba precisamente en una de ellas, grande y preciosa, gozando el momento.

Más arriba el sendero deja de ganar altura y se encarama a la cresta meridional. Todavía quedan unos cientos de metros para alcanzar la cima, avanzando sobre un terreno ancho que no presenta ningún inconveniente. Obviamente aquí el viento era algo más fuerte, pero la temperatura había ascendido bastante, el cielo se había despejado y había dejado de llover, así que no podía quejarme.

En la cima hay colocado un vértice geodésico y algunas placas y buzones. Es una cima en condiciones con unas buenas vistas en cualquier dirección. Sin embargo, es conveniente avanzar unos metros más al Norte para contemplar la impresionante y afilada cresta que a través de la Collada del Arco separa el Peña Ubiña de los Picos del Portillín. Estuve largo rato escudriñando el paisaje, intentando adivinar cuál sería la mejor forma de bajar hasta allí, si es que hay algún modo medianamente cómodo de hacerlo. Me hubiera gustado haber tenido más tiempo para perderme el resto del día por aquel conglomerado de roca y subir hasta los picos de enfrente. Pero tenía que bajar.

La bajada la realicé por el mismo camino que en la subida, pero tal vez utilizando algún pequeño desvío que no había tomado antes y que desde arriba se observa más evidente. En general es bastante más cómoda de lo que cabría esperar, o al menos así me lo pareció. En un momento estaba de nuevo reunido con las vacas que estaban pastando en el Collado Ronzón, enfilando el siguiente objetivo que había fotografiado mil veces durante la subida y que me estaba atrayendo un montón con su estilizada figura, pese a encontrarse a la sombra de su hermano mayor.

Un nefasto vallado atraviesa el collado de lado a lado. Hay que avanzar unos cuantos metros para encontrar un paso decente hacia el otro lado y dirigirse por un difuso sendero hacia la Collada Solmicho. Desde allí se trata de rodear la montaña para atacarla por el Suroeste, donde las paredes son más herbosas y menos verticales, aunque siguen teniendo su buena pendiente. Por allí no encontré un sendero claramente marcado. A ratos descubría algún hito, a ratos aparecía alguna traza de sendero, pero no puedo decir que encontrara un claro sendero de subida. No obstante, una vez rodeada la cima y ya en la pala Suroeste, no queda más remedio que ir ganando altura sin importar mucho por dónde.

Ya casi arriba se comienzan a distinguir varias entradas a la cresta. La cima queda a la derecha, pero a mí me dio la sensación de que tal vez una de las entradas de la izquierda pudiera ser más cómoda. Al final hice caso al GPS y subí a la cresta por la parte derecha, por una zona que está de hecho marcada con hitos y que por lo tanto debe ser la subida normal, aunque no está exenta de alguna pequeña y divertida trepada. Una vez en la cresta, sólo queda recorrer unos pocos metros hacia el Sur para alcanzar la cima. Y como suele ser habitual, la pequeña cima a la que no sube nadie se convierte en la ascensión más interesante del día. Sin duda se trata de una ascensión más complicada, pero merece la pena.

A la hora de descender seguía teniendo la curiosidad de saber si alcanzar la cresta desde más a la izquierda hubiera sido una buena idea, así que la atravesé completamente hacia el Norte en lugar de bajar por el camino de subida. La cresta se recorre sin dificultad hasta esa entrada que había visto, y una vez allí pude comprobar que habría sido una buena opción. Pero ya en ese punto y mirando hacia el frente, se me antojó que sería muy interesante bajar por la cara Norte, mucho más escarpada y vertical. Y además un oportuno hito algo más adelante hizo que me decidiera del todo.

Esa bajada hay que realizarla con mucho cuidado, pero es un destrepe muy interesante. Por momentos las opciones para continuar parecen desvanecerse, pero enseguida se encuentra algún paso en la roca o algún hito que proporcionan un pequeño alivio que rápidamente vuelve a desaparecer. Así una y otra vez, distendidamente, hasta que de repente se alcanza una rampa en la que ya se divisa abajo el Collado Solmicho y se hace evidente cómo llegar a él de forma sencilla.

Y una vez en el Collado Solmicho continué por el mismo camino de subida hasta el Collado Ronzón, atravesando de nuevo esa absurda valla para alcanzar el sendero que conduce hacia Torrebarrio, donde ya con cierto calor me deshice de toda la ropa y en manga corta comencé a correr cuesta abajo hasta llegar a la pista, cruzándome con otro grupo que subía también por el camino menos bueno. Al salir a la pista decidí continuar monte a través descendiendo por suaves laderas herbosas sin encontrar realmente sendero, pero siempre con Torrebarrio enfrente y sin ninguna complicación, hasta llegar más abajo al sendero que tomé para salir del pueblo y que me condujo de vuelta al punto de partida, justo al lado del refugio, esta vez con menos perros dándome la bienvenida.

Esta reseña está también publicada en Adventoorer, con track y más fotos y de más calidad.

https://es.adventoorer.com/actividad/M4 ... la-cubilla

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ricardo1000
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Re: Ascensión a Peña Ubiña y Peña Ubiña Pequeña

Mensaje por ricardo1000 » Mié Abr 04, 2018 10:58 am

Hola
estupenda actividad y unas fotos preciosas

esperamos contar con mas post en las que nos cuentes tus actividades
Un saludo

Lo único te lo muevo al foro que corresponde por ubicacion

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