Tras la gran ruta andando por Curavacas, me parecía mejor hacer algo diferente y esta vez coger la bici, así que recordé que mi compañero de bici David siempre me está diciendo que tenemos que ir a vivaquear y dormir bajo las estrellas.
Le propuse la idea y enseguida dijo que sí, y con ciertas peticiones como que quería algo de bosque, bajar a Potes y algo de agua.
Yo por otra parte quería vivaquear en una zona alta para disfrutar de puesta de sol y amanecer.
Rebuscando para encontrar una zona nueva vi la vuelta a Peña Sagra en wikiloc y revisando el mapa había opción de subir a lo alto de la Sierra, al collado Invernillas por pista para dormir allí, así que era una buenísima elección que cumplía todo. Pero lo malo es que al mirar la ruta con GPS y los desniveles salían casi 4.000m acumulados subiendo y 86Km, lo que estaba claro que iba a ser una matada con peso para vivaquear, pero aun así nos echamos a la aventura.
El viernes un poco antes de las 18:00 salíamos de Puente Pumar, para afrontar los 1.100m de desnivel que nos esperan hasta el lugar de vivaqueo, aunque no las tenemos todas con nosotros puesto que la Sierra de Peña Sagra está tapada por nubes.

Subimos hasta Callecedo y luego por rampas duras cementadas y algo de camino hasta San Mamés.



En esta primera parte está siempre prsente las Sierras del Cordel y de Peña Labra que forman el circo de Alto Campoo.
Aquí el Tres Mares.

Tras San Mamés ya cogemos camino y en cuanto torcemos a la derecha la subida se pone muy dura con algunas curvas de gran pendiente y piedra suelta.


Sierra del Cordel

El sol entre las nubes.

Llegando a la zona baja de Inviernillas parece que las nubes nos dejan ver la pista de subida al collado y eso nos anima a tirar para arriba.




Yo saco ventaja a David en este tramo, llego a un mirador tapado con la niebla y continuo por la pista hasta el collado.

Al llegar al collado el día nos regala un mar de nubes espectacular.

Mientras espero a David disfruto de las vistas de la Montaña Palentina.


Sierra del Cordel

David no llegaba, y resulta que él había llegado al mirador en el momento justo que también abrió por allí y así pudo disfrutar de la puesta de sol sobre Picos, cosa que yo no pude ver.

Nos juntamos un poco más al norte del collado buscando refugio de unas piedras en una zona a la que sube otro camino.
Y seguimos quemando las cámaras de fotos con el espectáculo.




La Luna nos alumbra.


Y nos metemos en el saco mientras seguimos disfrutando de las estrellas.
Hasta que la Luna se ocultó no se vieron muchas.
Y nos sorprendió la gran contminación lumínica que daba la zona de Santander.
Con las primeritas luces antes de amanecer nos levantamos y así se veía la zona de Santander.

Otra vez momentos de disfrute con el amanecer.



