Últimamente los hago pequeños y aplastados, como galletitas, ¡y están buenísimos!
Para los de la foto:
Una bolsa de avellanas tostadas -que en mi báscula pesan 180 gr.- machacadas con un mortero, 96 gr. (en mi báscula) de azúcar, la clara de un huevo y unos chorritos de miel. Mezclarlo todo (en ese orden), colocar en pequeñas porciones, con la ayuda de dos cucharas, sobre la bandeja del horno (con papel de horno) a unos 200º, sacarlos cuando se hayan puesto marroncitos (cuidado, que se queman muy rápido, y quemados saben peor) y esperar a que se enfríen y estén crujientes.
¡Buenísimos! (ya quedan pocos):
